lunes, 30 de julio de 2007

Mi encuentro con los famosos

Hoy: Rodolfo Ranni
Aeroparque, bastante vacío. Ocho menos cuarto de la mañana, fila del check-in.
Una mina antes que yo, y después mío llega una vieja con bastón y dos valijas enormes.
En la ventanilla del Business class (Vacía), un tipo canoso. Es Rodolfo Ranni. Me acuerdo porque una vez lo vi en una propaganda de fideos.

Dejo pasar a la vieja, le pido permiso para ayudarla, le llevo las dos valijas a la ventanilla, le subo una valija a la balanza.
Me vuelvo atrás a la línea amarilla, hasta que le pasan la primera valija, me vuelvo a acercar a la vieja, le pregunto si me permite subirle la segunda valija, se la subo.

Me vuelvo a la línea amarilla.
Ranni observa la situación.

La vieja se va, Ranni se acerca lateralmente, y se mete en la ventanilla.
Lo miro con cara de "Viejo pelotudo", él me mira y me dice "Perdón, creí que estaba con la señora", y se queda, poniendo cara de "Soy Ranni, soy famoso y deben rendirme pleitesía".

Lo miro con la misma cara de orto, transmitiendo mentalmente "Viejo pelotudo, la puta que te pario, vos y todos ustedes viven de canjes y nunca laburaron, ojalá que termines olvidado en la Casa del Teatro, yo me tengo que ir a la loma del orto a laburar, y no me vengas que ser actor es laburar"

Obvio que la cara de "Soy Ranni" no le funcionó. Me acerco a la ventanilla, y le digo "Y, es lo que le pasa a la gente cuando ayuda a los demás".

Ranni se desplaza lateralmente a la ventanilla de Buisiness.

El pibe del check-in me dice "Estos se creen que porque trabajan en la tele tiene derecho a pasar cuando quieren"

Y bue, los aeropuertos son como la muerte, nos igualan a todos (Y a veces, sus destinos se cruzan)

lunes, 23 de julio de 2007

cirugía

Recobré el conocimiento en un lugar desconocido.
Me desperté con sed. Mucha sed. Sentía que mis entrañas se habían secado.

Un extraño se me acercó. Sentí que me revisaba. No podía hablar, ni gritar.
Empezó a hurgar en mis vísceras. Yo no tenía la forma de pedir auxilio, y no podía moverme.
Sacó una serie de instrumentos de una caja, y comenzó a usarlos en mí.
No sentía dolor alguno, afortunadamente. Solo esa terrible sed.

Sacaba algo de mi interior. Una parte de mi organismo, que estaba desagradablemente arruinada.

Volvió. Continuó la operación. Introdujo algunas partes en mi cuerpo.

Debe haber interpretado mi necesidad, y me dio agua.
El agua recorría mi interior nuevamente, y sentí que recobraba la conciencia.

Los recuerdos volvieron abruptamente, en orden inverso. Mi dueño dejándome en ese lugar desconocido, la grúa que me llevaba, el abandono y la soledad en el garage, y el momento en el que trataba de gritarle "¡Idiota, estoy perdiendo agua!", mientras el otario paveaba por ahí.

Ya me vengaré.

jueves, 12 de julio de 2007

Amores de invierno

Un amigo me dio su teléfono. Me habló muy bien de él.

Lo llamé, y atendió el contestador. Odio los contestadores, pero tenía la necesidad de conocerlo. Así que le dejé un mensaje. Neutro, como todos los mensajes.
Esperé que me llamara.
Llamó a casa, y me dejó un mensaje, con su número de celular y su dirección. Por lo menos, es un avance.
Lo llamé al celular. Sonaba como un tipo medido y tranquilo, casi como yo. Combinamos para que lo fuera a visitar el jueves por la mañana, así nos conocíamos.

Fui con el auto. Quería dar una buena impresión, supongo que si iba en taxi pensaría que estaba tratando con un idiota.
Apenas me vio, me dijo "Te veo cara conocida". En realidad no nos vimos nunca, pero le resulté familiar. Quizás era una buena señal.
Era por demás agradable, y me parece que la buena impresión fue mutua. Inclusive, teníamos algunos amigos en común.

Charlamos un poco, y le conté de mis problemas.
Él trabaja en un taller mecánico. Me mostró el local, por extremo prolijo y ordenado, y me contó cosas que jamás había escuchado. Que los autos recalientan cuando pierden agua, y los pistones se dilatan, y llegan a fundirse en un tórrido abrazo con las camisas de los pistones. Eso de los pistones bombeando en medio del calor era bastante sugestivo, pero traté de disimular mis emociones.

Intenté hacerle algunas preguntas indirectas mientras charlábamos. Sólo quería saber si me iba a doler mucho. Era mi primera vez. Pero él no se daba por aludido, y seguía con su explicación, embelesado con sus motores.

"Me tengo que marchar", "llamame cuando puedas". Para una primera cita fue suficiente, yo también tengo mis tiempos.
No me encontraba en condiciones manejar, y si insistía en volver manejando seguro que iba a pensar mal de mí.

Volví a la oficina. Todos mis amigos se me abalanzaron, y me preguntaron cómo me fue.
Les conté de mi encuentro con Ramón, de su taller prolijo, y de lo agradable que me resultó su compañía y su conversación.
Y sí, parece que le hice mierda el motor al auto por pensar que el agua que le salia era solo agua, y no un nutriente esencial.

"Preparate, porque seguro que el mecánico te va a re garchar. Mínimo 3 lucas, pero el auto te va andar bárbaro."

Si me garcha duro y parejo, espero que haya onda, por lo menos.

martes, 10 de julio de 2007

Dinámica de la nieve

La nieve es una mierda hecha de agua congelada que te moja

Siempre me pregunté por qué no había nieve en Navidad.
Y la respuesta es muy clara.
Los países del Hemisferio Norte se llevan el frío para Diciembre, para tener toda la nieve que quieren. Pueden hacer muñecos de nieve, tener pinos nevados, guerras de nieve, etc.
Mientras tanto, nos mandan el calor que les sobra.
Para Junio, cuando se pudrieron de esto, mandan el frío y la nieve que les sobró a los países periféricos. Vale decir que nos llega la nieve de la temporada pasada.
(hoy estoy minimalista, no pidan grandes cosas de mí)