martes, 15 de septiembre de 2009

La vida en el campamento

Finalmente, llegamos.

Una vez que nos instalamos, y después de los primeros días en el campamento, la pasión de los primeros días se fue perdiendo lentamente. A nadie le gusta dormir en una carpa de bioseguridad, y mucho menos tener que bañarse tres veces al día.

El problema más grave lo constituyó la comida. Debido a los posibles altos niveles de contaminación en toda la fauna local, se había previsto una amplia variedad de alimentos deshidratados y enlatados.

Pero los lugareños no se acostumbraban a que su alimento proveniera de un envase sin vida, por lo que comenzó la cacaería furtiva de animales. Hablar del plural es algo utópico, ya que, debido a nuestra actividad de despoblación epidemiológica, los resultados de la cacería fueron limitados.

También podría decirse que, pese a que tuvimos éxito en la cacería, el real problema consistió en repartir el botín.


Próximamente, más noticias. Y si comenzamos a practicar el canibalismo, se enterarán en la portada del diario "El Chino".