Hagamos esta suposición:
Estimemos que la población mundial se compone de un 50% de hombres y un 50% de mujeres.
El otro dato es que aproximadamente un 10% de la población mundial es homosexual, arbitrariamente lo dividiremos "equitativamente" en un 5% de gays y un 5% de lesbianas.
Vamos con el 50% de las mujeres de la población mundial.
A ese 50% le restamos un 5% de lesbianas, y un 3% de mujeres con problemas psicológicos o convicciones religiosas que les impiden ser atraídas por el sexo masculino.
Esto nos da que un 42% de la población mundial son mujeres, a quienes definitivamente le gustan las porongas.
Ahora, vamos con el 50% de la población mundial, compuesta por los hombres.
Restamos un 3%, correspondiente a los hombres con problemas psicológicos o convicciones religiosas.
Esto nos da que el 47% de la población mundial (los hombres) tienen afinidad hacia su propia poronga: le ponen nombres, le hablan, le hacen mimos, la hacen visitar lugares lindos.
De este grupo, podemos considerar que el 5% proporcional de gays tiene una manifiesta afinidad por las porongas, ya sean propias o ajenas, por lo que no lo restamos.
Todo esto nos da que el 89% de la población mundial considera que una poronga es algo bueno.
Entonces, ¿por qué la gente dice que algo "es una poronga" queriendo decir que algo es malo?
Los invito a unirse a la campaña "Una poronga es algo bueno".
Joao Soarez, representante de nuestra porONGa en Brasil, se encargó de la entrega de los diplomas.
A Fernando Henriquez lo abandonó el desodorante, pero eso no le privó del placer de participar en la ceremonia.
Un fraternal abrazo a uno de los graduados
Y una de las graduadas, obviamente, llena de orgullo por valorar el verdadero significado del Projeto Poronga
¡Alegría por la poronga nao tem fin!
Uno de los graduados exhibe orgullosamente su diploma.
