En las recepciones del embajador....

Mientras dormía la siesta en el hotel, recibí una invitación, esta vez para participar en una recepción en la Embajada de Francia.

Por motivos que atañen a la seguridad del planeta, he eliminado cualquier referencia a mi persona. Sepan disculpar.

Resulta que el Embajador se enteró que había comprado semillas de Eiffel, y quería verlas. Así que me preparé de la mejor manera, y le pedí a Abdouh que fuera mi chofer en tan importante visita.

La entrada principal de la Embajada

Fui recibido por Jean Christophe, quien me explicó un poco cómo es la situación de tan curioso país.

"Migue, gomeggo, esto es así. Senegal ega una colonia fgancesa, pego a los neggos (pegdón, afgoafgicanos) se les ocuggió que queguían la independencia de los eugoeugopeos".
"Entonces, nosotgos los dejamos que hagan su melanocgacia, y todos contentos. Nosotgos contgolamos la economía, y los dejamos que elijan el gobiegno que les decimos que tienen que elegir. Pogque hay que dagles libegtades a estos afgoafguicanos, ¿oui?"

De pronto, comenzó a sonar una música que había escuchado una vez en Argentina... ¡Era la música de la propaganda de Ferrero Rocher!

De la cocina salieron los sirvientes, con enormes bandejas repletas de bombones Ferrero Rocher.

Esto demuestra que lo que se dice acerca de
las recepciones en lo del embajador no es un mito.

Y allí vino el esperado mangazo:
"¿No me gegala una semilla de Eiffel? Es que extgaño hoggoges Paguís, y quisiega tener una togge, aquí en Dakar".

Así que le regalé una semilla a tan pintoresco y racista personaje.
Todo por cumplirme uno de mis sueños: Invitarme a comer un Ferrero Rocher en la embajada.

En la próxima entrega, costumbres alimenticias senegalesas.