El padre de Mafalda es del Gomero (Ya que está en posición de alabanza hacia él mientras le cambia la tierra como señal de devoción)
Miguelito cuestiona su adoración hacia el árbol sagrado, comparando su Gomero con un gomero de plástico, proponiendo la manufactura de autitos con árboles de Gomero, e insinuando que, aunque fueran realizadas con la madera de nuestro Gomero, serían "sin vida, sin gracia y nunca comparables a algo natural".
Esto es una flagrante ofensa hacia nuestra religión, ridiculizando a sus seguidores y planteando la destrucción de nuestro árbol sagrado "para hacer autitos".
Por lo tanto, se considera necesario el inicio de acciones contra el señor (si se puede denominar "señor" a personaje tan abyecto) Joaquín Salvador Lavado, quien tiene la cobardía de ocultar su verdadero nombre bajo el apodo de "Quino".
2 comentarios:
Oh, profeta del gran Nukul! Permítame la osadía de disentir en esta oportunidad. Porque el dibujante aquí es también instrumento divino. El foco debemos ponerlo no ya en el personaje descolorido de Miguelito, sino en el rostro perplejo y desaprobatorio de la heroína, Mafalda, que no tolera la blasfemia de su amigo.
Perplejidad tal que evidencia de modo rotundo la convicción del autor en su fe hacia el Gomero, y que se ve reforzada por la misma existencia de la tira, donde se elige justamente (y no gratuitamente, vale suponer) este Sagrado Árbol como supremo representante del Reino Natural.
Con la confianza que vuestra infinita magnanimidad acogerá con grandeza mi humilde comentario, me despido hasta que otro azaroso vuelo vespertino me deposite por estos horizontes y me reecuentre con lo desconocido.
Desde mi punto de vista, la paradoja, y por qué no el chiste, se manifiestan cuando Miguelito supone que un auto de {Gomero} no sería mejor que uno de plástico.
Quino toma así el argumento del enemigo y, con el simple recurso de enunciarlo, deja de manifiesto su vacuidad.
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