jueves, 24 de abril de 2008

Diarios del viaje

Ayudados por la escasa participación de equipos internacionales en el Rally Paris - Dakar, no necesitamos clasificar, y partimos en el primer puesto. Afortunadamente, partimos antes que los otros autos se presentaran a la carrera, lo cual nos dio una gran ventaja. Ni siquiera tuvimos que preocuparnos en pasar a los oponentes, los cuales no pudieron alcanzarnos durante todo el trayecto.

Abdouh, manejando el auto insignia dela escudería nigeriana.
Muchas de las fotos definitivamente me salieron oscuras.

No hubo mayores incidentes en el viaje, virtuosamente conducidos por Abdouh, nuestro chofer, quien ha llevado pasajeros en este trayecto desde 1950, salvo una discusión con Sidibe, quien insistía en llamarme "sudaca", lo cual finalmente me hartó, y me obligó a acogotarlo e introducirle una semilla de eiffel en cada fosa nasal, al grito de "tratame con respeto soy ameroafricano, maldito afroafricano". Por suerte se calmó durante las 78 restantes horas del viaje.


"Dakar, ciudad pujante y carente de detalles de terminación"
(haga click en la imagen para poder disfrutarla en su totalidad)

Finalmente, llegamos a Dakar, y pudimos ir al baño (Ya que a Abdouh no le gusta parar en la ruta).

Curiosamente, no había nadie esperándonos en el Monumento al inventor del Rally Paris-Dakar.
Les pongo una foto del monumento, si es que sirve para algo, porque salió con un poste en el medio, y no sé ni como se llama.
Y no me vengan a decir que soy un ignorante porque no sé el nombre del tipo ese.

Cuando estén 192 horas en un auto roñoso, sin poder parar a orinar ni a comprar vino para hacer mas llevadero el camino, cuando se bajen poco les va a importar de quien es el monumento.

Mas adelante les mostraré algunas curiosidades de Dakar

2 comentarios:

Jorge Mux dijo...

Cuando yo me vuelva obloturpista, quiero conocer Dakar.

p dijo...

¡qué hermosa es la ciudad! evidentemente no se dedican a los detalles porque no se quedan en la superficialidad de los ornamentos externos, como los parisinos. han de ser gente muy espiritual y profunda.
la misma idea se ve reforzada con el monumento al creador del rally: una oda a la sobriedad.
¡viva dakar!